Me gusta recostarme sobre la hierba y contemplar el cielo a través del follaje de nuestro árbol del bosque. Recordar las promesas, las caricias, las risas y los sueños de los que él fue testigo. Buscar y encontrar las iniciales que grabamos a cuchillo en su tronco macizo. Sentir que cada una de sus hojas y yo sabemos bien que, recordándote, sigues aquí conmigo, aunque tu cuerpo ya se haya ido.
Escribo porque me libera y me sana. Porque soy más yo en cada palabra. Porque cuando en la vida me pierdo, escribiendo me hallan.