Hoy.
Martes.
Gris.
Yo.
Tus ojos negros.
La ciudad y tu mirada, oscuras.
A punto de caer otra vez
gruesas e incesantes gotas del cielo.
A punto de llorar las nubes negras
como palabras esdrújulas
largas, acentuadas,
escritas en renglones desprolijos.
Llover debiera poder conjugarse en primera persona
y declinar tu pronombre en mi corazón.
Las palabras se alborotan.
La sintaxis se desordena.
El verbo no alcanza.
Los adjetivos son siempre subjetivos.
Dicen que amor es un sustantivo abstracto
y amar es una forma impersonal
de ir amando sin ser amado.
Somos oraciones unimbembres sin conjunción.
Verbos temporales
sin ninguna conjugación.
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