—¿Qué sucedería si un día me canso? —dijo el Amor. —Se acabaría la poesía —contestó una Musa que canturreaba en el salón. —Y las relaciones entre las personas, la fe y la paz —replicó la Esperanza. —Tendría demasiado trabajo —reclamó la Tristeza. —¿Y qué pasaría si un día soy yo la que se cansa? —intervino la Muerte esbozando una sonrisa, mientras limpiaba su guadaña recientemente usada. Todos callaron y volvieron prontamente a sus labores señaladas.
Escribo porque me libera y me sana. Porque soy más yo en cada palabra. Porque cuando en la vida me pierdo, escribiendo me hallan.