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Mostrando entradas de febrero, 2018

Parte del aire

Acorralada. Así estaba Alina. Alina es Alina Godoy. No es que estuviera en medio de un suceso policial, no. Estaba sentada en el cómodo sillón de su casa, a orillas del lago más bonito del Sur, que bajaba puro y fresco de la montaña más alta de la región. Libro en mano pensaba cómo es que se había metido en ese problema. Justo ella, tan medida, tan racional, tan implacable con los errores. Alina era la mayor de tres hermanos que habían sido repartidos todos en tres hogares diferentes, luego de la muerte accidental de sus padres. Como eran chicos, ninguno pudo establecer un vínculo con el otro, así que Alina había crecido al abrigo de sus padres adoptivos, muy mayores cuando la llevaron a su hogar y sobreprotectores por definición. Fue criada como una niña entre algodones, pero ella no se engañó con esas mieles y forjó un carácter fuerte, valiente, frío e incluso, calculador. Por eso, lo que sucedió luego era inexplicable, imposible e irreal en su vida. No había forjado su persona

Te busco

Te busco En cada rostro En los números  En las palabras que no se dicen En la probabilidad De lo improbable  Sin ninguna probabilidad De hallarte ni verte.  Te invento entonces Una forma, unos modos Una mirada Un beso único e irrepetible. Y a veces no te busco más  Te creo como un Golem Mi Frankenstein personal Que no daña pero tampoco ama. Inventado a mi gusto Camino calles de tu mano Río tus risas mudas  Calmo tu dolor inventado  Me convierto en tu todo Comparto mi todo con vos Me parto si pienso Si huelo la realidad. Pero la verdad se mete siempre Se cuela en las distancias  Impiadosa y certera  Se lleva siempre la ilusión.

La ciudad y la lluvia

Se partió el cielo en pedazos con un trueno que atravesó la calma, al alba recién despierta, al alma siempre callada. Oscura amaneció la ciudad, relámpagos la hicieron clara. Cortina de agua invisible arrullaba mentes cansadas. Y sin embargo ella mutaba anhelando el cambio rápido, batallando la rutina, desmadejando las jornadas. El agua fue su bálsamo, ni la lluvia la domaba. Quiso ser lo que quiso y salió airosa en cada batalla.