Noche de lluvia contundente, cerrada.
Abnegada lluvia que limpia las veredas y algunas almas.
Lluvia que dejará mañana ventanas sucias de gotas secas,
como mejillas con llorosos surcos de rimel.
Agua que desciende profusamente desde el cielo
para ablandar la tierra.
Y en esta noche de frío, de paso, amansa algunos corazones.
Lluvia, piadosa lluvia.
Infinita y mágica.
Necesitada y también temida.
Llora, cenit nocturno, tus lágrimas de lluvia.
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