—¿Qué sucedería si un día me canso? —dijo Amor.
—Se acabaría la poesía —contestó una Musa que canturreaba en el salón.
—Y las relaciones entre las personas, la fe y la paz —replicó Esperanza.
—Tendría demasiado trabajo —reclamó Tristeza.
—¿Y qué pasaría si un día soy yo la que se cansa? —intervino la Muerte esbozando una sonrisa, mientras limpiaba su guadaña recientemente usada.
Todos callaron y volvieron prontamente a sus labores señaladas.
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