Al final todo decanta, todo fluye y se deja ver más tarde o más temprano. Es solo cuestión de esperar para saber. Es cosa de mirar bien quién, dónde, cómo y cuándo. La vida se abre camino si uno elige libremente en la encrucijada para qué lado agarrar.
No hay corazón que no sufra por amor.
No hay alma que desee estar sola mucho tiempo.
No hay risa en la boca que no haya llorado antes por los ojos y la nariz.
No hay aprendizaje sin la experiencia previa de haber caído y haberse raspado las rodillas.
No hay vos, ni yo, ni nadie que no deje huella sobre la tierra antes de llegar a tocar el cielo.
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