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Mostrando entradas de enero, 2017

Vacaciones

La dulce voz de Marisa Monte me hace sentir en Río, aunque no lo conozca y solo esté viendo edificios desde el frescor del balcón. Vacaciones chiquitas salieron este año, igual disfruto de estos pequeños placeres: mate, tostadita con mermelada, libro de turno, musiquita de fondo... Entrar al living supone una vuelta a la realidad de pensar qué hacer de comer, lavar la ropa, limpiar los filtros del aire, tender las camas y miles de etcéteras ante los cuales tengo que rendirme. Mejor con música, siempre, mejor con una sonrisa, seguro.     Día de vacaciones donde todo se hace igual que el resto del año, pero con el reloj marcando más despacio el paso del tiempo. Eso ya es bastante, es mirar el vaso medio lleno también. Es saber que, como no estorba ni me corre con sus agujas filosas de culpas, puedo —cuando así lo necesite y decida— parar y seguir leyendo, volando por otros mundos y otras épocas.     Marisa dice en una de sus canciones que para oír basta abrir los poros. Yo lo creo

Viernes

Viernes. Soñado, amado, deseado, pedido a gritos. Viernes que cargas una pesada mochila llena de esperanzas ajenas. Viernes quitapenas. Y si no las quitas, las camuflas hasta el próximo lunes mal agorero. Viernes de resurrección de la carne y la vida perdurable. Viernes sin restricciones. Viernes, amén.

Reciprocidad

Yo estoy y vos elegís estar. A veces vos no podés estar, pero entonces yo te suplanto. Y si vos no querés estar, yo aprendo a esperar el momento en que sí quieras. Yo lloro porque sé que tengo tu consuelo. Vos estás sufriendo, llorás a mares, pero sabés que en mis brazos es más fácil transitar el dolor Yo te cuento solo porque creo que vos me escuchás. Vos me contás, yo te oigo con mis cinco sentidos y así me hago carne de tus sentimientos. Y cuando te alejás del camino, yo estoy para convertirme en tu localizador satelital. Yo vuelo en mi nube, cómoda, serena, porque sé que vos sos lluvia que desciende. Yo río tu carcajada porque vos celebrás mi humor. Amigos, acompañantes, guías, amantes, parientes... A veces dando otras recibiendo. De maneras diferentes, en envases multifacéticos, con distintas intensidades, pero siempre de manera recíproca, porque si no, no es posible.

De mí

Alguna vez fui la primera persona que veía cuando despertaba. Hace muchos años que no: la cara de mi esposo, la del perro, la de mis hijos –en ese orden– son las que veo mucho antes de, finalmente, ver la mía, frente al espejo, a cara lavada y todavía medio dormida.  Las mañanas son tan diferentes de las noches. Amo las mañanas porque brindan ruido, alegría, corridas, enojos que se pasan pronto, besos de despedidas cortas, ganas de hacer cosas. Las mañanas huelen a tostadas, café y vida.  Pero todas las mañanas extraño las noches. El silencio de la noche: la calma, los chicos durmiendo, soñando con el nuevo día que para ellos siempre es prometedor. Durante ese período pienso que este es el lugar, el único lugar donde quisiera vivir siempre. Por las noches me dan ganas de detener el tiempo, así, en paz. En ese silencio puedo pensar y darme cuenta de que para eso están los sueños, y que –definitivamente– añoro el movimiento del día. Y que ambos, día y noche, son parte de una so

Sagas, trilogías y mis demonios literarios

Confieso que era bastante enemiga de las sagas o las trilogías, literarias o fílmicas. Confieso también que soy bastante soberbia y selectiva en mis lecturas. Eso obedece un poco a mi carácter y otro poco a la vastedad y la infinidad de autores y libros a leer. Leo desde que soy muy pequeña, leo mucho además, incluso dos o tres libros al mismo tiempo; sin embargo no alcanza. De esto me di cuenta hace ya varios años y a medida que pasa el tiempo, se va haciendo más palpable la imposibilidad de leer todo lo que quiero y todo lo que debo, por la finitud que me hace un ser humano. Visto y comprobado esto, opté por no embarcarme en trilogías que podían repetirse y aburrirme o en sagas interminables y agobiantes. Pues, debo admitir (con todo lo que eso me cuesta) que me he topado con una atrapante trilogía y una saga que me han cerrado la boca (con lo difícil que es eso). Ambas me han aportado todo lo que busco al abrir un libro: grandes historias, inmejorables descripciones de épocas o p

Dos caras de la misma moneda

Sonó mi teléfono. Era su interno. Otra vez. No, otra vez no. Recién ahí caí en la cuenta de que en todo ese día no me había llamado ni una sola vez. Claro, cinco años —eternos años— de sus llamadas casi constantes, habían amortizado tanto, que este día en particular no me había llamado la atención la falta de llamadas suyas.      —Venga —me dijo. Siempre decía lo mismo. Me levanté de mi silla, acomodé mi blazer y una vez más bendije no haber traído pollera. Ya hacía tantos años que pensaba dos veces antes de ponerme una pollera. Excepto en sus vacaciones, siempre iba de pantalones. Al menos así, ya no tenía que ver sus ojos libidinosos viendo cuando me cruzaba de piernas.      Golpeé la puerta, pero entré sin esperar su permiso.       —Siéntese— me dijo. Y empezó a hablar.      De nuevo un pocillo de café, una estúpida tacita blanca con coranzocitos rojos del lado del escritorio donde yo me sentaría en escasos segundos. Café que nunca bebía, porque en tantos años, tantas ve

Domingo

Domingo de gracia, de descanso bíblico, Domingo Perón y Santo Domingo. El día más disfrutado y no laboral. Domingo de Pascua, de paso o antesala del lunes, lleno de atardeceres suicidas que no se acostumbran a dejarlo ir. Domingo bien descansado, tardaste tanto en venir, tardas tan poco en morir. 

El mar

Allá a lo lejos el infinito, finito solo en el horizonte, donde dos inmensidades se unen en una sola línea recta.     Mis pies se van hundiendo lentamente, se entierran despacio y tibiamente hasta formar parte de un todo. El líquido helado en contacto con la piel eriza al más insensible.     Dios, como enojado, sopla su aliento y arremolina mi cabello, dejándome sorda de sentimientos, muda de palabras. Cálido viento peleando palmo a palmo con el sol abrasador.    El sol abraza mi cuerpo y solo unas nubes danzarinas dan respiro al intenso calor que manan de sus profusos rayos.     El olor salado que penetra en las venas les da un sacudón de energía.   La infinidad que minimiza todo problema, la inmensidad acogedora como los brazos de una madre poderosa, el silencio arrullador que permite escuchar el interior.    El mar: imponente caudal de agua que hipnotiza todos mis sentidos, extasiándome de un placer perenne e inefable. 

Haiku quinto

Flores violetas. Primavera en mis ojos. Locura y pasión.

Impronta

Insistía intransigente e invariablemente en hablar solo de sí. Insignificante ignominia incongruente era su discurso.  Increíbles e incontingentes olas de sí mismo incautaban toda otra opinión.  Insufribles momentos insidiosos surgían inmediatamente al abrir la boca que, inacabable e inabarcablement e, no paraba de decir insensatas, infinitas e inciertas sentencias que, inequívocamente, increpaban a diestra y siniestra, no insinuaban nada y solo incitaban el insulto y la infamia.  Incomprensible modo infantil de ser y vivir.  Inmaduro, intratable ser sin intento alguno de invertir su ingenio.  Lo declaré, indudablemente, inimputable.

Haiku tercero

Día despierto, el sol brillando alto. Más esperanza.

Feliz 2017!

Cambiar solo una letra puede hacer la diferencia. Amar cura y quita las amarguras. No siempre es así de simple y fácil y no siempre alcanza, pero vale la pena intentarlo. Si cada día de nuestra vida modificáramos una partecita de aquello que hacemos mal o que nos hace mal, capaz todo sería más llevadero. Espero que este año que ya en un ratito comienza sea de grandes cambios positivos para todos, o de seguir logrando proyectos o, simplemente, un año vivible y sereno. Les deseo más amor, más paciencia, más alegría, más hacer el bien sin mirar a quién, más recibir sin esperar, mejor humor, más respeto y comprensión, más coraje y buena voluntad, más colaborar y menos perjudicar, menos mirar para otro lado, menos amargura, menos... menos todo lo que resta, porque lo que resta no suma y nunca está a nuestro favor. Feliz año a todos y todas!